viernes, 20 de noviembre de 2009

La Lluvia

©Marta Balbi: "La lluvia"

El agua de lluvia depende de arriba, de las nubes formadas por el agua de mar evaporada por el Sol y suspendida en la atmósfera.
No hay lluvia sin atmósfera, aunque haya agua y Sol.
El agua de lluvia, pura, dulce, potable, se deposita en invierno en la cumbre de las montañas y de los volcanes, porque arriba hace frío.
Cuando el Sol regresa, en su trayectoria de declinación, el agua se licúa y desciende formando ríos y arroyos superficiales. Lo que se depositó en la boca de los volcanes se filtra hacia abajo y hacia adentro, dando origen a los ríos subterráneos.
Los grandes árboles tienen raíces profundas que beben de los ríos subterráneos, llevan la humedad hacia la superficie y proceden como humedales de interacción entre la atmósfera y su humedad y el agua de abajo. Así es como se convierte en productiva la tierra. Luego con todos esos residuos de los grandes árboles es como se produce y multiplica la terra prieta, el suelo rico y fértil.
Sin agua subterránea y sin bosques la tierra se reseca y se vuelve estéril.
Entonces, no es por una cuestión filosófica ni religiosa que es preciso cuidar y preservar los procesos naturales. ¡Es por pura razón práctica!

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