lunes, 23 de mayo de 2011

La Chirimoya

Se come el fruto natural.
Regula el nivel de glucosa en sangre. Ejerce influencia intestinal y dilata en el tiempo la asimilación de los azúcares, por ello se tarda más tiempo en sentir hambre. Su contenido en fibra regula la función intestinal.
Reduce los niveles de colesterol.
Tiene elevado contenido en minerales (calcio, fósforo, hierro), vitaminas (grupo B , C, A), proteínas y azúcares. Por ello es muy aconsejable en niños en época de crecimiento, o en caso de enfermedades crónicas.

Por su contenido en vitamina C facilita la curación de numerosas enfermedades reumáticas, artríticas, digestivas (enteritis y gastritis), además de ejercer acción antioxidante y ser muy útil para combatir resfriados. La vitamina C, a su vez, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción de hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.

Al ser esta fruta fuente de vitamina A y C tiene efecto antioxidante, importante aliado en el mantenimiento de juventud y belleza.

Por su bajo aporte en sodio, riqueza en potasio y poca grasa es aconsejable para personas con hipertensión arterial o alteraciones cardiacas o de vasos sanguíneos.

Al ser fuente de potasio deben tener cuidado las personas con insuficiencia renal, pero por otro lado, será beneficioso para los que tomen diuréticos que eliminen potasio.

Además, este mineral es necesario para la trasmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

Los elementos minerales que contiene la hacen de gran utilidad para coadyuvar en los procesos de recuperación de un sinnúmero de dolencias. Así, aporta hierro, por lo que es adecuada para personas con anemia; calcio, el cual es de ayuda para personas con descalcificación u osteoporosis y fósforo, que contribuye a reforzar la memoria de estudiantes y ancianos.

Posee acción tónica impidiendo así decaimiento y la fatiga, evitando depresiones.

A esta fruta se le atribuye también una acción equilibradora del sistema nervioso, por lo que constituiría un excelente ansiolítico y tranquilizante, muy adecuado para el tratamiento de personas compulsivas.

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