miércoles, 2 de junio de 2010

Casi un fruto del desierto

A los pallares puede encontrarlos en tamaños grandes y menudos, frescos y secos, todo el año.
Se cultivan al borde mismo del desierto, con una sola agua. Es decir, se siembran, se riegan una sola vez aprovechando las crecidas del río en el verano, y se desarrollan, crecen y se hacen tiernos y sabrosos sin más agua.

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